La Nines ha sido uno de esos restaurantes que conoces por casualidad y que luego te vuelves adicto a volver cada vez que puedes. Situado fuera del centro de Madrid, en Majadahonda concretamente, goza ya de justa fama y de visitas frecuentes de sus incondicionales pues no hay día en el que haya ido y no este prácticamente lleno.

Posee un ambiente y decoración neutro que te hace sentir a gusto sentado en unas mesas de comedor amplias que permiten observar el comedor y como no el plato que uno ha elegido. Sugerente oferta de vinos, muy adecuada a los platos que ofrecen  y una carta que esta llena de propuestas que a veces uno echa en falta en otros sitios como por ejemplo el tartar. La carta del día como manda la estación se ajusta al mercado y siempre ha probado platos ricos tanto de cuchara como mas innovadores. He estado tres veces en los últimos tres meses y no puedo decir otra cosa que estupenda calidad, precio y servicio.