Libros sobre dietas, alimentación, bioquímica de los alimentos etc. abundan en miles y no creo exagerar. En muchos casos las novedades o aspectos curiosos que se aportan quedan sepultados bajo un aluvión de datos y teorías que hacen perder el interés del lector. 

Nada de esto pasa sin embargo con un libro que ha caído en mis manos y que se titula " Comer o no comer. Falsos Mitos de las Alimentación " escrito conjuntamente por tres autores: Antonio Ortí, Ana Palencia y Raquel Bernarcer. 

Este libro con un lenguaje cercano y ameno trata de mitos, de los mitos que nos han transmitido y que nosotros a su vez transmitimos sobre alimentos, alimentación y gastronomía en definitiva. Todos hemos oído decir que "la piel del pollo tiene hormona", que "el plan engorda" y que "la miel lo cura todo". En un viaje por noventa y ocho verdades o falsedades, estas se revisan, se desmontan, y a la vez se explica con criterios científicos la falsedad de esas supuestas verdades. Aun reconociendo lo absurdo de muchas de ellas, me temo que alguna se quede grabada en nuestra memoria.... 

Los autores son conscientes y así nos lo explican, que cada civilización y cada época histórica ha endiosado y satanizado diferentes alimentos, pero hoy en día la batalla se libra en dos ejes: lo que engorda y lo que es malo o beneficioso para la salud.

Se afirma que los ciudadanos en general, tienen un conocimiento muy superficial de lo que comen, lo que abona el terreno para que proliferen los mitos. El Foro Internacional de la Alimentación, señala que solo un 17% de los encuestados sabe que el pan suministra hidratos de carbono.

El Libro dividido en siete capítulos aborda los mitos de ayer y de hoy. Por citar varios ejemplos se aborda el tema de la sacro santa dieta mediterránea que se esta extinguiendo porque los alimentos que consumen los países mediterráneos son demasiados grasos, salados y dulces. También se aborda en el libro al análisis de la santísima trinidad del pan, aceite y vino, y así como los milagros sin confirmar de las dietas rápidas. Todos estos mitos y falsas creencias se desmontan con la ayuda de expertos en nutrición, médicos, químicos y antropólogos.

Aconsejo leer este libro porque además de ameno y divertido, obliga a presar atención a dichos y diretes de la alimentación a los cuales les rendimos pleitesía sin cuestionamiento alguno. Después de leerme el libro me he quedado muy tranquila. El verano se acerca y no es que el helado que me espera engorde "per se "sino que esto dependerá de la frecuencia y cantidad ( "elemental querido Watson") con la que yo lo consuma y por supuesto que las botellas de agua mineral que se queden olvidadas en el coche las puedo beber, ya que no hay dioxinas en dichas botellas y además no migran al agua mineral y por supuesto que si ceno fruta no me sentara mal, siempre y cuando la consuma en la cantidad adecuada.

Creo que con esta lectura uno descubrirá otras verdades que destronaran a las viejas creencias. Solo me queda darlas a conocer y ponerlas en practica. Y recordar que como decía Don Francisco Grande Covian, " el único alimento que no engorda es le que queda en el plato".