El Placer de hacer postres para los demás

12:42:00


Desde que era pequeña me ha gustado la repostería. Empecé muy temprano a preparar pequeños ensayos dulces en casa bajo supervisión materna. Recuerdo preparar unas galletas fritas y rebozadas en coco, con las que atormentaba a mi familia. En fin, disfrutaba enormemente ensayando, probando, imaginado la cara que pondrían al probar mis pequeñas delicias. Con el paso del tiempo, mi afición se ha mantenido, hacer un bizcocho, una tartita o similar es la excusa perfecta para sorprender a quienes quieres y aprecias, amén de saciar el dulce deseo de probar un sabroso postre. 

Recientemente leo que "hacer postres" tiene la ventaja de que permite que las personas se expresen", explica a la edición estadounidense del HuffPost Donna Pincus, profesora asociada de Ciencias Psicológicas y del Cerebro en la Universidad de Boston. "Se ha escrito mucho sobre la relación entre la expresión creativa y el bienestar general. Ya sea pintar, componer música (o hacer repostería), favorece una liberación de estrés, ya que supone una especie de vía de escape y un modo de expresarse", prosigue. No puedo estar mas de acuerdo con esta reflexión.

Susan Whitbourne, profesora de ciencias psicológicas y del cerebro en la Universidad de Massachusetts, menciona la convención social estadounidense de llevar comida a alguien cuando muere un ser querido. A veces las palabras no salen y solo la comida es capaz de comunicar lo que intentas decir. Tal y como señala: "A las personas a las que les cuesta expresar sus sentimientos puede serles útil la repostería para mostrar gratitud, aprecio o simpatía".

Julie Ohana, trabajadora social y terapeuta culinaria artística, comenta: "En muchas culturas y muchos países, la comida es una verdadera expresión de amor, y la verdad es que es algo bonito, porque todos estamos vinculados a ella. Pienso que podría ser contraproducente si reemplazara la comunicación en el sentido tradicional de la palabra, pero si es un complemento, es algo totalmente positivo y maravilloso".

Según la profesora Pincus, hacer repostería para otras personas es un acto de generosidad, un esfuerzo que haces desinteresadamente por alguien y cuyos beneficios para la salud están demostrados. El proceso aporta un sentimiento general de bienestar que es aún más intenso si está dedicado a los demás.

"Hacer repostería para otras personas puede incrementar la sensación de bienestar, ayudar a reducir el estrés y hacerte sentir que has aportado tu granito de arena al mundo, algo que quizás incluso aporte más sentido a tu vida y mejore tu vínculo con las demás personas", comenta la profesora Pincus.

Me siento muy identificada con estas sensaciones. Cada vez que termino de hacer un pastel, además de sentirme verdaderamente bien conmigo misma, me siento feliz y estoy deseosa de que el destinatario/os del mismo, disfruten y expresen sus sensaciones. Hay pocos momentos tan simples y felices como este, además de fugaces.

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