En el mundo de los amantes de la cocina, ocupan un lugar especial de adoracion sin limites... lo que se denomina "gadgets" o utensilios de cocina. Cada día salen novedades de recipientes, cazos, tazas, moldes y cuchillos de colores. Precisamente de cuchillos quiero hablar. Siempre he tenido una gran facilidad para cortarme, por eso cuando salieron los cuchillos cerámicos me los compré para evitar una sangría sin fin. Estos cuchillos son útiles pero no cortan con la limpieza y elegancia que proporcionan los de acero bien afiladitos por supuesto.

Cuando era pequeña recuerdo haber oído a los afiladores llamando  desde la calle a las posibles clientas, invitándolas  a que bajaran con sus tijeras y cuchillos de cocina. ¿Quedan todavía afiladores? 

Me han contado que oficio el de afilador nace en Orense. Llegaron a crear un idioma común llamado barallete. Siempre fue un oficio ambulante y al principio se desplazaban empujando una especie de rueda enorme con una correa que se llamaba tarazana, al mismo tiempo que llamaban la atención de los vecinos tocando un silbato cuyo sonido en todos los pueblos de España se asociaba con este oficio.

Además de afilar cuchillos y tijeras también arreglaban paraguas y colocaban parches o los fondos de cacerolas y ollas. Más adelante cambiarían la tarazana por una bicicleta y poco después por la motocicleta.  Con la modernización de los hogares y los nuevos materiales empleados en cocina, han ido desapareciendo los afiladores, parece que  hoy ya no queda nada que afilar. Una pena que se hayan perdido algunos oficios que por desgracia no podrán recuperarse ya que nadie los necesita.