Asando Sardinas

19:39:00


La conexión de la pintura con la gastronomía existe desde que el hombre cogió por primera vez un pincel para pintar. De esta atracción y conexión mutua, no es excepción el pintor español Joaquin Sorolla que pinto el bello cuadro "Asando sardinas " en una de sus visitas al País Vasco.
En 1889, en su viaje de vuelta de Roma, Joaquín Sorolla conoció el País Vasco. Tras una parada en París, se estableció unos días en San Sebastián. Hasta 1910, hará cortas estancias, a menudo, de nuevo en su camino hacia París, que aprovechará para tomar apuntes y pintar obras de pequeño formato. Descubrió en la costa cantábrica una luz húmeda y un colorido de verdes y grises diferentes a los de las playas meridionales.
Además, en esos momentos, las playas del norte eran lugar de residencia estival de la familia real, la aristocracia y la alta burguesía, así que Sorolla encontró aquí no sólo los nuevos motivos pictóricos, sino también una nutrida clientela ansiosa por ver y adquirir sus obras. A partir de entonces, el pintor regresaría en numerosas ocasiones, casi siempre acompañado por su familia. En el verano de 1906 se instalan en Biarritz y San Sebastián para pintar playas y escenas de costa. En 1910 viajan a Zarautz, donde Sorolla retrata a su familia en la playa y, a causa del tiempo cambiante, pinta escenas de interiores de tabernas con pescadores bebiendo. De este momento destacan, precisamente, los tres lienzos Asando sardinas, que puede verse en la sala 25 del museo de Bilbao que dedica una sala monográfica al pintor Joaquín Sorolla, gracias a la colaboración desinteresada de particulares que han cedido, en calidad de depósito, un total de 22 pinturas pertenecientes a sus colecciones. Un museo que sin duda merece la pena visitar en un viaje al norte.


En la cocina española la sardina es uno de esos pescados que consumimos de manera habitual y al que ha prestado atención la alta gastronomía. Como alternativa a la manera tradicional de cocinarlas, estos buscan maneras de presentarla más novedosas y atractivas. El restaurante El Faro de Cádiz ofrece en su carta sardina marinada sobre berenjena. Y he de decir que la probé por curiosidad. Sobre una plancha de berenjena asada, cubierta de crema de aguacate, ponen un filete marinado de sardina lleno de sabor. Me ha gustado mucho mezclar la suavidad de la berenjena asada con la fuerza en paladar de la sardina. Una combinación arriesgada pero acertada. Mientras lo degustaba, me venía a la memoria la imagen de este cuadro de Sorolla que muestra la manera más humilde y sabrosa de comer este pescado.

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