Los mejores descubrimientos son los que se producen fruto de la casualidad o del azar, y algo de eso ha pasado con El Espejo Gastrobar en Sanlúcar de Barrameda. No tenía previsto ir a Sanlúcar de Barrameda un viernes día 21 de Junio, día de la música por cierto. Una visita inesperada a la Fundación Medina Sidonia, una tertulia improvisada en la calle y una hora algo tardía para cenar fueron las casualidades que me hicieron entrar en este restaurante.
Lo curioso es que días antes investigando restaurantes de la zona de Cádiz, si que di con este restaurante del cual me gustó su carta pero decidí dejar su visita para más adelante....el azar decidió que no.

Situado en la zona alta y en pleno casco histórico, se encuentra alojado en un edificio que en el pasado ocupaban unas caballerizas y vecino a su vez de La Posada de Palacio con el que se encuentra comunicado: palacete de estructura renacentista con influencias árabes, y una decoración con muebles de época. EL Gastrobar ofrece una decoración intemporal y sobria, luminosa tanto en el área de bar de pinchos como en el magnífico patio al aire libre protegido por altos muros pero que resulta de lo más acogedor e íntimo para comer o cenar.

La carta es fruto de una cuidosa estrategia que combina platos clásicos con un nuevo aire, presentación y combinación. No es cocina clásica pero no es cocina ultramoderna, desde mi punto de vista consigue unir lo mejor de ambas. Claro que esto no sería posible sino hubiera detrás un buen equipo. Desde Sergio que atiende a los comensales con atención constante, profesionalidad, conocimiento y simpatía hasta Gon Hierro, el chef que diseña el menú y lo ejecuta con gran saber y acierto. Este chef procede de tierras vascas y parece que ha encontrado su lugar en el sur, donde lleva ya varios años trabajando. De espíritu sin duda perfeccionista, está al mando de la cocina del Gastrobar que me ha sorprendido tanto.

En cuanto al menú que probé destaco el entrante de ensaladilla del mar y un sorbete de espárragos blancos que además de refrescante, ofrecía concentrado el sabor del esparrago y que a mí por cierto me recordaba también el sabor de la ensaladilla tradicional. De segundo tome atún con cebolla caramelizada y gelatina de amontillado. Me gusto la originalidad de degustar la manzanilla en gelatina al comer el atún. Y un solomillo riquísimo hecho a la piedra.

Para los postres nos esperaban un tiramisú y una tarta de queso no en su formato habitual, sino en espuma. Sobre una base de galletas, el sabor del tiramisú y de la tarta de queso era perfecto, cremoso e intenso.

El punto final de la cena no fue el licor que lo hubo sino una agradable charla con Gon Hierro que tuvo la atención de saludarnos y pasar unos minutos comentándonos su trayectoria y su trabajo al frente del Gastrobar. Como he comentado ya en un anterior post, se nota actualmente cuando se entra en contacto con chefs jóvenes, la formación completa que tienen: viajan, se forman, son creativos y estudian, me atrevería a decir que se acercan cada vez más a una formación humanística.

Gon Hierro me comentó que tiene un menú especial en el que cada plato está elaborado con una variedad distinta de vino, a mí me ha picado la curiosidad y espero volver para probarlo.

Recomiendo sinceramente visitar este restaurante y como no el entorno de la ciudad de Sanlúcar.