Siempre me han fascinado los faros. Quizás porque uno imagina novelas y tramas apasionadas en la personalidad de los fareros. Quién no se ha preguntado alguna vez que historias esconde el hombre que habita un faro alejado de todo y todos, entregado solo al oficio y arte de entender, vigilar y acechar al mar...

En España tenemos faros cargado de historias fascinantes pero muchos han caído en el olvido consecuencia de su falta de uso. Con el paso de los años se han convertido en un patrimonio que hay que cuidar y rehabilitar pues representan una identidad, e historia. Puertos del estado es el organismo que gestiona la red de faros española. Con gran acierto desde mi punto de vista, esta autoridad ha colaborado con  la conocida marca de agua gallega, Cabreiroá, en el proyecto de sacar una edición limitada de botellas de agua mineral con la imagen de cuatro faros gallegos.

Cabreiroá hermana a los cuatro fatos emblemáticos de Galicia: la Torre de Hércules, Estaca de Bares, Finisterre y las Islas Cíes; con cuatro faros que guardan el Mediterráneo y el Cantábrico: Cap de Creus (Girona), Cago de Gata (Almería), Cap de Barbaria (Formentera) y Cabo de Peñas (Asturias).