¿Existieron chefs en la antigua Roma? Así parece que lo atestigua un libro de recetas redactado en el siglo I-III d.c, cuya primera edición impresa ve la luz en Venecia a finales del siglo XV, basada en manuscritos transmitidos y recopilados durante toda la Edad Media. Este recetario también se conoce como " De re coquinaria libro decem".

Quizás la primera pregunta que nos podemos hacer es quien era Apicio y el porqué de elaborar un recetario. Parece ser que según lo que nos cuenta el escritor latino Séneca, Apicio era un gran chef y gourmet que se suicidó por miedo a vivir privado del lujo del buen comer, cuando consideró insuficientes los "sestercios" que le quedaban, ya que había despilfarrado parte de su fortuna en comer a su gusto. Esta historia me recuerda también a la de algún chef francés que se suicidó por no poder ofrecer calidad y creatividad en sus platos.

Como partía de una considerable fortuna personal pudo rodearse en vida de cocineros, artesanos, ganaderos, bodegueros etc que le procuraban los mejores artículos llegando incluso a fletar un barco para comprobar si las quisquillas de Libia eran tan grandes como se decía. Sobre su final nos habla Marcial:" Ya habías entregado Apicio, sesenta millones de sestercios a tu estómago y te quedaba tan solo diez millones más. Desesperado de no soportar esta amenaza de hambre y sed te has bebido como último trago un vaso de veneno. Nunca, Apicio, mostraste más glotonería".

Os dejo con las recetas de Albondigas de Apicio, seguro que no os resultarán tan distintas de las actuales.


“Que la lengua del flamenco es de un sabor exquisito nos lo enseñó Apicio, el paladar más refinado de todos los derrochadores" (Plinio)