Los hoteles han dejado de ser desde hace tiempo un lugar donde solo alojarse por  negocios ó turismo. El cambio operado en los últimos veinte años tiene mucho que ver con una  nueva concepción en las relaciones con el cliente y el entorno. Hace tiempo que se comprendió que un hotel no puede ser exitoso sino se integra en la comunidad en la que se ubica y cuida la relación con su cliente adelantando deseos y expectativas. Fruto de este cambio de mentalidad, utilizan sus instalaciones (jardines, bibliotecas, patios, restaurantes etc) como atractivo para atraer a la comunidad que le rodea, es decir su ciudad con la variedad de públicos que ellos implica.

Ejemplos exitosos de esto los encontramos en el Hotel Ritz que en verano abre su jardín privado como espacio para tomarse una copa en el entorno histórico del centro de Madrid, así como en la biblioteca del Hotel AC Santo Mauro convertida en restaurante donde podemos almorzar entre "letras".
Pero también desde los hoteles se acogen a Chefs de reconocido prestigio, recordemos la relación del Hotel Miguel Ángel con Sergi Arola, la del Hotel Hesperia con el restaurante Santceloni y ahora la del NH Building de Madrid que acaba de firmar con David Muñoz un acuerdo por el cual DiverXO traslada sus instalaciones a este hotel dentro de un acuerdo de cobranding. Tampoco son ajenos los hoteles al arte, siendo ellos lo que diseñan menús acorde con la exposición de la temporada como el Hotel Westin Palace de Madrid que ofreció un menú Dali durante los meses que la muestra se exhibía en el museo Reina Sofía. Otros como el hotel Intercontinenal ofrecen domingos de brunch acompañados de música clásica en directo.

¿Que significa todo esto?, y ¿Cual es su objetivo?.Vayamos por partes. Sin duda lo que se está demostrando es un cambio de mentalidad empresarial en el que se deja ver una estrategia transversal: un hotel marina con todo. Puede acoger turistas, viajeros, ejecutivos, curiosos, parejas a la fuga, eventos, convenciones, congresos, conferencias, exposiciones, comuniones, bodas, alta cocina, reuniones de amigos, copas after-work y puede como no, contribuir a mejorar la cultura de su comunidad.

Evidentemente existe cada vez más implicación de los hoteles en la vida diaria, asumen su responsabilidad social y la hacen realidad con muchas y variadas acciones que resulten compatibles con su actividad hotelera y de negocio. Se trata no solo de que uno pueda acercarse a un hotel  para pasar la noche sino para tener experiencias culturales, artísticas o gastronómicas.

Este modelo de actuación no es patrimonio exclusivo de los hoteles de las grande capitales. Merece la pena destacar la labor en este sentido del Hotel Barceló Cadiz, al frente del cual se encuentra su directora Cristina Imaz que desde hace ya algún tiempo programa acciones de ocio en colaboración con agentes culturales de la ciudad. De esa colaboración ha nacido no solo una programación regular de conciertos en su cafetería, sino que han conseguido programar  jornadas creativas culturales (ya van por su segunda edición), como espacio de encuentros, debate y sinergias con las industrias creativas de la ciudad. Me parecen excelente estas acciones del Hotel Barceló Cadíz cuyo ejemplo sin duda deberían seguir otras cadenas.
La cultura necesita que se la mime, cuide y facilite en esa lucha por sobrevivir y llegar a más publico. Los hoteles han entrado en el mundo de la cultura teniendo siempre en cuenta tanto el criterio económico que rige su negocio como su responsabilidad social . Un equilibrio complicado y difícil que esta ofreciendo resultados exitosos y provechosos para todos.