El aceite es uno de los elementos  básicos de nuestra dieta y de nuestro paisaje, tan básico que muchas veces no reparamos en que hay zonas de España donde necesitan ayuda y atención. Aunque España exporta aceite a todo el mundo, de gran calidad y prestigio, no por ello se libra de que haya zonas de la península, donde encontramos olivares abandonados y casi destinados a morir. En Oliete (Aragón), un pueblo con éxodo rural, hay mas de cien mil olivos centenarios abandonados... y ha sido precisamente una ONG la que ha decidido sacar adelante no solo el olivar sino la economía de la zona mediante un proyecto de economia sostenible y solidario como es www.Apadrinaunolivo.org. Después  de un año de trabajo, se han conseguido recuperar 1.500 olivos, generar dos puestos de trabajo fijos, seis por horas y mas de 250 padrinos han conocido ya a sus ahijados: los olivos. Ademas cuenta con la colaboración de los chicos y chicas de ATADI (Agrupación Turolense de Asociaciones de personas con Discapacidad Intelectual), entidad involucrada en las labores de recuperación del olivar.

Los olivos de este proyecto son de la variedad Empeltre y una minoría Arbequina. Ambas https://www.facebook.com/UbuntuCultural/posts/1599462670314346son las especies más características de la comunidad de Aragón, una de las más antiguas de toda España. Suyo es ese color característico de la oliva negro azabache. Este aceite, que reciben los padrinos, tiene sabor almendrado y ligeramente picantón, ideal para ensaladas y tostadas por su riqueza de aromas, así como para guisos de lenta cocción, ya que estos aceites ayudan a mantener el sabor de los alimentos. En definitiva un aceite virgen extra, solidario, ecológico y social.

Este maravilloso y pionero proyecto en este este sector, solo necesita padrinos, lo cual es bien fácil, pues uno puede optar por regalar un apadrinamiento o apadrinar anualmente. Creo que merece la pena no solo dar una oportunidad a este proyecto que saca del abandono el medio rural y por el que han apostado entidades como Hojiblanca y Telefonica, sino que nos invita a reflexionar sobre lo que podemos ayudar a que nuestra herencia gastronómica ancestral no se pierda al tiempo que apostamos por modelos sostenibles de desarrollo rural. Ojalá que esta iniciativa sea seguida por otros productores rurales. Yo creo que merece la pena Apadrinar un Olivo.